8° Dan, Shihan (1940-2011)
Instructor Jefe de la Federación de Aikido de La Columbia Británica
El arte marcial es la forma de facilitar el crecimiento
espiritual a través del entrenamiento en las técnicas marciales. El Bujutsu o
disciplina marcial es una educación física como guía para El Camino de Ser.
Sin embargo, el entrenamiento tradicional marcial japonés se desarrolló por la
necesidad de auto-protección y de vencer al contrincante. Con respecto a esto,
tengo inquietudes sobre las actitudes de los alumnos de Aikido hacia el
entrenamiento marcial. Tengo la impresión de que algunas personas desatienden
el aspecto marcial del arte y se dejan llevar por el aspecto filosófico. Sin
comprender el espíritu marcial inherente en el entrenamiento marcial, algunas
personas crean un seudo-arte marcial por simplemente buscar un sentimiento de
armonía.
Sin embargo, no se puede diluir o ignorar el lado estrictamente marcial del
Aikido, incluyendo los modales por los cuales uno se relaciona con el
instructor y los compañeros de práctica. Por lo tanto, deseo recordar a los
alumnos algunos modales básicos dentro y fuera del tatami, que a continuación
se describen:
1. Muestren respeto al instructor y a los practicantes más avanzados. Algunas
personas parecen creer que tienen derecho a practicar en su propia manera
siempre y cuando paguen sus cuotas de membrecía. Se olvidan que están en el
dojo con la finalidad de ser entrenados.
2. Cuando se visita otro dojo, la persona debe presentarse y obtener un permiso
[previo] de su instructor. No se debe asumir que este permiso se le otorgará
automáticamente. La manera en la cual uno se presenta a otro artista marcial
debe encarnar la más alta sensibilidad hacia una potencial confrontación de
vida o muerte.
3. Respeten a aquellos con rangos mayores, aún fuera del tatami. Honren su experiencia
y sus logros con respeto, y traten de aprender de ellos lo más posible cada vez
que se entrena con estas personas. De forma similar, no deberán tratar a los
instructores como si fuesen amigos o colegas, ni perder los buenos modales.
4. Sigan las direcciones del instructor durante el entrenamiento. No se
enganchen en instrucciones no-asignadas, técnicas modificadas personalmente (y
erróneas), ni en conflictos verbales o físicos con otros practicantes. No deben
entrar ni salir del tatami sin el permiso del instructor durante la clase.
Yo quiero pedirles a los instructores locales que entrenen a sus alumnos
cuidadosamente en estos modales, y que se esfuercen en mantener la orden y la
unidad del dojo.
Hay lugares donde las personas sin justificación alguna practican el seudo-Aikido, algo
que es inútil como arte marcial. Creo que hay problemas con la forma en la cual
se interpreta y se practica el Aikido. Si los instructores locales fuesen lo
suficientemente conscientes y respetuosos hacia el Aikido como un arte marcial
estricto, tendrían más cuidado sobre cuándo o si deben siquiera iniciar sus
propios clubes, con solo juzgar sus niveles de experiencia y disposición como
instructores de artes marciales.
Cuando digo entrenamiento estricto de artes marciales, no me refiero a una
práctica ruda. Lo que es más importante es la actitud hacia el entrenamiento.
Usted se debe preguntar constantemente, “¿Qué es ‘budo’"? El entrenamiento
de budo es algo serio.
Aprender un arte marcial japonés es, de una manera, aprender la cultura
japonesa. Mucha gente hace caso omiso y distorsionan este origen cultural
del Aikido, diciendo que aquí están en Canadá y deben practicar en la manera
que les da la gana. Deseo sugerir esforzarse a preservar la manera apropiada, y
buscar el Aikido auténtico como un fuerte arte marcial en América del Norte.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en 1985 en "Aikido Forum", una revista publicada por Victoria Aikikai en los
80s.
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