Seiza, es el nombre que recibeel estilo
tradicional japonés de sentarse. Una vez que esta postura se convierte en un modo
natural de sentarse, como se requiere al principio y al final de cada clase de aikido,
conduce por sí sola al desarrollo de una adecuada etiqueta.
Desde tiempos antiguos ha sido una máxima del budo:
«Comienza con la etiqueta y termina con la etiqueta.» La etiqueta que se enseña
en aikido -respeto mutuo, consideración por los demás, aseo- no se les impone a
los alumnos mediante adoctrinamiento o amenazas, sino que es la consecuencia
natural de aprender a sentarse correctamente en seiza y de dominar los
fundamentos del suwari-waza. El cuerpo recto está relacionado con la mente
recta, y la clave del asunto radica en el respeto por el alumno individual, el
cual deseará, desde su interior y por propia iniciativa, comportarse de acuerdo
con las más altas normas de conducta. La etiqueta es un aspecto importante de
la práctica para todo alumno de aikido.
La postura seiza de sentarse, una civilizada costumbre
ceremonial entre los japoneses desde tiempos antiguos, es la fuente de la
etiqueta natural impresa en la mente de la gente. Aunque la costumbre de
sentarse en seiza puede estar decayendo en la vida diaria, estoy convencido de
que sus raíces éticas y espirituales no desaparecerán fácilmente. Y cuando veo
a los niños en el dojo sentados en
seiza, con sus espaldas rectas y las dos manos colocadas sobre sus rodillas
dobladas, renuevo otra vez mi convicción de que debe seguir ocupando un lugar
central en la práctica del aikido, porque es la fuente de la etiqueta correcta,
es básica para muchas técnicas y es esencial para el buen entrenamiento.
(Tomado de "El espíritu del Aikido". Obra de Doshu Kisshomaru Ueshiba)
Hoy compartimos una reflexión de Christian Tissier Sensei sobre su trabajo acerca del Kenjutsu en el estilo Kashima Shinryu y el video del mismo. Aunque tiene sus años, el material es muy interesante y de gran utilidad para conocer otro enfoque del bokken en el Aikido.
Traducido por José Gregorio.
El Aikido y El Kenjutsu:
El Aïkido se practica con las manos desnudas, y si bien es cierto que el estudio
sistemático de las armas no es indispensable para la progresión, el trabajo con armas puede ser un atractivo y una gran ayuda para el
practicante.
Es necesario que todo practicante posea un mínimo de
bases en el manejo de las armas tradicionales, con el fin de acercarse de modo
más concreto a los principios del Budo, el origen del Aïkido y a las
referencias culturales atadas al sable japonés.
El sable y el espíritu del Budo:
El sable, es Japón: Japón mitológico, feudal, moderno y contemporáneo.
Interesarse por su cultura, es entrar en su leyenda, impregnarse del espíritu
del Budo. Comprender la relación entre el hombre y el sable, es penetrar en el
alma japonesa. Es el sable una referencia obligatoria en el estudio de las
artes marciales japonesas, y es también sinónimo de una multitud de términos:
combates, batallas, pero sobre todo espíritu y rigor, respeto y pureza, valores
morales, nobleza, honor, ética, belleza, etc.
En
cuanto a nosotros, al menos en paralelo, al estudiar el Do-lai Batto Jutsu o
Kendo, nos hemos preocupado porque la espada de madera, el Bokken, pueda ser
parte de nuestro estudio, en diversos grados, según el interés de cada uno.
Personalmente
después de ser iniciado en el estudio de Kendo y iai-do, ya que el Aïkikaï no
impartía cursos de Bokken, intenté entrar más en contacto con esta tradición
tan ligada al origen del Aikido, y tuve el privilegio de encontrar al maestro
Minoru Inaba, alumno en Aïkido del maestro Yamaguchi y profesor de Jutsu de la
escuela Kashima Shinryu. Fue una revelación. El estilo incisivo, directo, puro
y muy marcial de esta escuela dio cuerpo y consistencia a mi práctica de Aïkido
y me acercó todavía más a la enseñanza del maestro Yamaguchi.
Mis
elecciones para el estudio del Ken:
Más tarde y según los consejos de mi maestro que esperaba de mí que fuera un
profesor de Aïkido más que a un representante de Ryu, reajusté mi enseñanza de
Bokken sobre las formas y los principios que me parecían los más adaptados a mi
búsqueda personal, abandonando voluntariamente ciertos Katas de Ken-Jutsu
demasiado particulares del Kashima y desarrollando otras formas más personales,
fácilmente asimilable por todo tipo de practicantes cualquiera que sea su nivel
de interés por el Bokken.
Aunque me lo habían solicitado desde hace
muchos años, no pretendí producir un libro o video sobre Bokken, considerando
que:
Contrariamente al Aïkido, codificado y universal, la práctica de Ken estába
atada más a un sistema de escuela particular, a menudo estas muy diferentes las
unas de las otras. También en ausencia de una progresión oficial satisfactoria,
era difícil no chocar con sensibilidades ni interferir con otras formas
diferentes a la mía y también respetables. Ha sido sólo después de más de un
cuarto de siglo de enseñanza y debido a una audiencia muy amplia en un estilo
de práctica donde tienen cabida muchos profesores que me tomé la libertad de
producir un vídeo, en la perspectiva de orientar y de confirmar a los
practicantes hacia formas comunes y evolutivas.
Este video ha sido concebido como un instrumento didáctico y deseé que fuera lo
más claro posible. Los Suburis (cortes) de base son presentados muy
detalladamente y las técnicas escogidas de Aïkiken son clásicas y de acceso sin
problema por todo practicante cualquiera que sea su nivel o su estilo de
origen.
Existen numerosas variaciones y encadenamientos un poco más complejos y
sofisticados; pero todos emanan de las técnicas básicas, completando el estudio
del Aikiken. Viene luego algún Kata, que sirve de ejemplo para quien quiera
acercarse un poco más al espíritu de Ken-Jutsu. Para concluir por fin, bajo
diferentes ángulos, muy detallados, muestro el Kihon Dachi: la serie de los 5
Katas de base de Kashima Shin Ryu.
Si titulé este video “Mis elecciones para el estudio del Ken“, es para precisar
que son las mías, estructuradas con relación a un nivel general actual mínimo
deseable y una progresión específica. Este vídeo no debe ser considerado en
ningún caso como un programa de grados oficial o una obra de consulta, sino más
bien como la muestra de la continuidad de un estudio y una propuesta entre otras.
_________________________
Si te gustó el post dale like a nuestra página de Facebook.
Tomado de http://www.aikikai.or.jp/eng/aikido/message.html
Traducido por José Gregorio.
Morihei Ueshiba, el fundador, creó el Aikido a través de un intensivo entrenamiento de artes marciales y por medio del cultivo estricto de la mente. El segundo Doshu, Kisshomaru, se entregó en cuerpo y alma
a promover los grandes valores del Aikido y de abrir sus puertas al mundo
entero.
Han pasado 82 años desde que el Hombu Dojo actual fue fundado
en 1931. El Aikido se ha extendido a 95 países de Europa, Centro y Sur América, el sudeste de Asia y también en los EE.UU. En 2012, la Fundación Aikikai se
embarcó en una nueva fase como "Fundación de Interés Público”.
El Fundador, Morihei Ueshiba, creó el Aikido como una forma
de "BanyuAigo (amor por todas las cosas de la naturaleza)", después
de dudar del sentido de las artes marciales, que son para el desarrollo de
habilidades de lucha con el objetivo último de ganar.
El Fundador decía que era más importante armonizar con la
gente que ganar a partir del uso y dependencia de la fuerza, cambiando así la
finalidad del entrenamiento en la formación para la "armonía" en
lugar de la formación de "habilidades para la lucha" . El amor lo es
todo, el "Ki (気)", basado en " In No Ugoki (movimiento circular)",
“Irimi (entrar)", "DoChuSei
(tranquilidad en el caos)", y "Chushin (centro inamovible)" con el fin de entrenar nuestras habilidades el uno al otro. No hay conflicto en esta forma de
entrenamiento. Aikido es "una vía de absoluta auto-realización".
No hace falta decir que los atributos de las técnicas de
Aikido y de los principios filosóficos creados por el Fundador son ampliamente
reconocidos. Para lograrlo, el apoyo incansable del padre del Fundador, Yokoku,
la visión de los primeros maestros avanzados que transmitieron el Aikido correctamente a las generaciones
posteriores, la devoción de Kisshomaru U. segundo Doshu por una mayor
propagación del Aikido basado en las enseñanzas del Fundador, etc. fueron cosas
necesarias, y merecen ser recordadas. En cuanto a mí, he estado siguiendo la
misma senda con el apoyo de muchas personas. Creo que todo esto ha hecho del
Aikido el gran círculo que es ahora.
Yo seguiré luchando para cuidar este espíritu de armonía,
por superar las barreras de países, raza y religión; y haciendo este esfuerzo para que el Aikido
sea apreciado por un número cada vez más grande de personas. También espero contribuir
a la sociedad tanto como sea posible, a través del Aikido.