Seiza, es el nombre que recibe el estilo
tradicional japonés de sentarse. Una vez que esta postura se convierte en un modo
natural de sentarse, como se requiere al principio y al final de cada clase de aikido,
conduce por sí sola al desarrollo de una adecuada etiqueta.
Desde tiempos antiguos ha sido una máxima del budo:
«Comienza con la etiqueta y termina con la etiqueta.» La etiqueta que se enseña
en aikido -respeto mutuo, consideración por los demás, aseo- no se les impone a
los alumnos mediante adoctrinamiento o amenazas, sino que es la consecuencia
natural de aprender a sentarse correctamente en seiza y de dominar los
fundamentos del suwari-waza. El cuerpo recto está relacionado con la mente
recta, y la clave del asunto radica en el respeto por el alumno individual, el
cual deseará, desde su interior y por propia iniciativa, comportarse de acuerdo
con las más altas normas de conducta. La etiqueta es un aspecto importante de
la práctica para todo alumno de aikido.
La postura seiza de sentarse, una civilizada costumbre
ceremonial entre los japoneses desde tiempos antiguos, es la fuente de la
etiqueta natural impresa en la mente de la gente. Aunque la costumbre de
sentarse en seiza puede estar decayendo en la vida diaria, estoy convencido de
que sus raíces éticas y espirituales no desaparecerán fácilmente. Y cuando veo
a los niños en el dojo sentados en
seiza, con sus espaldas rectas y las dos manos colocadas sobre sus rodillas
dobladas, renuevo otra vez mi convicción de que debe seguir ocupando un lugar
central en la práctica del aikido, porque es la fuente de la etiqueta correcta,
es básica para muchas técnicas y es esencial para el buen entrenamiento.
(Tomado de "El espíritu del Aikido". Obra de Doshu Kisshomaru Ueshiba)
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